Luis Abinader destaca que RD pasó de 878 a 1,096 rutas aéreas (2020-2025), consolidándose como hub aéreo y logístico líder en la región.

Santo Domingo. – En su más reciente encuentro LA Semanal con la Prensa, el presidente Luis Abinader delineó con precisión los avances que —según dijo— posicionan a la República Dominicana como el segundo país con mayor índice de conectividad aérea en América Latina. El mandatario citó cifras que muestran un salto de 878 a 1,096 rutas aéreas operadas entre 2020 y 2025, consolidando al país como un nodo estratégico para la región.

Una visión de largo alcance

El discurso de Abinader no se limitó a estadísticas. Presentó el crecimiento de rutas aéreas como el reflejo de una política sostenida de inversión en infraestructura aeroportuaria, ampliación de acuerdos bilaterales y mayor confianza de las aerolíneas internacionales en el mercado dominicano.

“Estamos trabajando para que la República Dominicana no solo sea reconocida por sus playas y turismo, sino como un verdadero hub aéreo y logístico del Caribe y de las Américas”, afirmó el presidente.

El peso del turismo y la carga

El crecimiento se explica, en parte, por el dinamismo del turismo, que en 2023 y 2024 alcanzó cifras récord de visitantes. Sin embargo, el componente logístico ha cobrado un protagonismo inesperado: las terminales aéreas del país han diversificado operaciones hacia el transporte de carga, facilitando la entrada y salida de mercancías con destino a América del Norte, Europa y otras islas del Caribe.

Analistas destacan que este avance coloca a la República Dominicana en una ruta similar a la de Panamá en el sector marítimo, aunque con un enfoque en conectividad aérea.

Retos pendientes

Pese a los avances, los desafíos no desaparecen. Expertos advierten que para sostener el crecimiento será necesario:

  • Mejorar la interconexión terrestre entre aeropuertos y puertos marítimos.
  • Invertir en tecnología aduanera que agilice procesos de carga.
  • Ampliar la formación de capital humano especializado en logística internacional.

“Las cifras son alentadoras, pero el verdadero reto es convertir estas ventajas en un ecosistema logístico integrado que beneficie al sector productivo local y no solo al turismo”, apuntó un economista consultado por la prensa local.

Un país en transformación

El modelo que plantea Abinader apunta a reposicionar a la República Dominicana más allá del sol y la arena. En un contexto regional marcado por la competencia por atraer inversiones, el hub aéreo y logístico emerge como una apuesta por diversificar la economía y darle un rol protagónico al país en la conectividad internacional.

El tiempo dirá si las promesas se traducen en un legado perdurable. Por ahora, las rutas aumentan, los aeropuertos se expanden y el discurso oficial se afianza: la República Dominicana ya no solo es un destino turístico, sino un nodo estratégico en el mapa de las Américas.