Santo Domingo. – La economía Dominicana atraviesa un proceso de ralentización que ha encendido las alarmas entre economistas, autoridades financieras y sectores productivos.
De acuerdo con los últimos datos del Indicador Mensual de Actividad Económica (IMAE) del Banco Central, desde noviembre de 2024 —cuando el crecimiento fue de 3.9 %— el PIB ha mantenido una tendencia de desaceleración. Entre enero y julio de 2025, el crecimiento promedio se ubicó en apenas 2.4 %, muy por debajo del 5 % potencial anual.
Solo en marzo se registró un repunte significativo (5.4 %), pero insuficiente para revertir la tendencia general.
Construcción: un sector clave en crisis
El sector construcción, que aporta entre el 15 % y 16 % del PIB y tiene fuerte efecto multiplicador en la economía, registró una contracción de 2.3 % en el primer semestre.
Según el economista Winston Marte, la caída responde a la baja inversión pública y a las altas tasas de interés, que superan el 14 % anual, encareciendo el crédito para proyectos inmobiliarios y de infraestructura.
Política monetaria y presión cambiaria
El decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Sociales de la UASD, Antonio Ciriaco, calificó la política monetaria como “zigzagueante”, al alternar medidas expansivas y restrictivas.
En un intento de dinamizar la economía, el Banco Central inyectó RD$81,000 millones al sistema financiero con tasas inferiores al 9 %. Sin embargo, esto disparó las importaciones y presionó el tipo de cambio, que superó los RD$63 por dólar antes de estabilizarse.
Si bien el crecimiento repuntó a 2.9 % en julio, este avance se logró “a costa de mayor volatilidad cambiaria”, advirtió Ciriaco.
Ante la situación, la Junta Monetaria se reunió con el sector financiero para ampliar los controles del mercado cambiario, obligando a más instituciones a registrar sus operaciones en tiempo real en la plataforma del Banco Central, con el fin de evitar maniobras especulativas.
Impacto en la población: poder adquisitivo bajo presión
El encarecimiento del dólar tiene un impacto inmediato en el bolsillo de los dominicanos. Al depender fuertemente de importaciones, cualquier depreciación del peso se traduce en alzas de precios en alimentos, medicinas, combustibles y bienes básicos.
“Cuando el dólar sube, el poder adquisitivo disminuye”, afirmó Ciriaco, quien insiste en que estabilizar la moneda es clave para proteger los ingresos de los hogares.
Factores externos: la sombra de EE. UU.
La ralentización de la economía estadounidense, principal socio comercial y origen de la mayor parte de las remesas y del turismo, también ha afectado el dinamismo dominicano.
La dependencia estructural de la República Dominicana respecto al mercado norteamericano implica que cualquier contracción en ese país repercute directamente en el comercio, la inversión y los flujos financieros locales.
Menos empleo y calidad de vida en riesgo
El enfriamiento económico se traduce en menos empleos y menores ingresos familiares. La población económicamente activa enfrenta un mercado laboral más rígido y con menos oportunidades, lo que impacta de manera directa en la calidad de vida de los dominicanos.
Claves del panorama actual
- Crecimiento enero-julio 2025: 2.4 % promedio.
- Sector construcción: -2.3 % en el primer semestre.
- Inyección de liquidez del BCRD: RD$81,000 millones.
- Tipo de cambio llegó a superar RD$63 por dólar.
- PIB potencial: 5 % anual, muy por encima del ritmo actual.