Madrid, Dublín y Oslo reconocieron formalmente este 28 de mayo al Estado de Palestina, una decisión que enfureció a Israel, que acusó al presidente del Gobierno español, Pedro Sánchez, de ser “cómplice de incitación al asesinato del pueblo judío y de crímenes de guerra”.
Pedro Sánchez, el presidente del Gobierno español, afirmó en una breve declaración en español e inglés que este reconocimiento es “una necesidad” para “lograr la paz” entre israelíes y palestinos, además de ser “una cuestión de justicia histórica” para el pueblo palestino.
En su declaración, realizada pocas horas antes de que el Gobierno reconozca el Estado palestino en su reunión del Consejo de Ministros, Sánchez añadió que esta decisión, también adoptada por Irlanda y Noruega, no se toma “contra nadie”, mucho menos Israel, “un pueblo amigo”. Aclaró que la medida “refleja nuestro rechazo total a Hamás, una organización terrorista que está en contra de la solución de dos Estados”.
La reacción de Israel ha sido contundente, acusando a Sánchez de promover la violencia y los crímenes de guerra, lo que subraya la profunda división y las tensiones en torno a la cuestión palestina en la arena internacional.